SABINA OLMOS

 





Sabina Olmos, "Tres recuerdos" que nos hablan de su voz


Sabina Olmos o Rosa Herminia Gómez, nació el 3 de Febrero de 1913 en el Barrio de Once, en Buenos Aires. Su padre se llamó Rafael Gómez y su madre Rafaela Ramos.
Era empleada de la Casa San Juan, un comercio, ubicado en la calle Piedras y San Juan. En la entrevista que le realizara Jorge Abel Martín para el libro Una cierta mirada comenta:

"¿Del mismo modo cuando trabajabas en la sombrerería y llevabas las cajas al teatro Maipo?

Claro, así ¡Yo era una chiquilina y le llevaba los sombreros a Gloria Guzmán, que para mí era una estrella intocable! Mi carrera fue un gran esfuerzo pero también tuve mucha suerte..."

A fines de 1934 comenzó a cantar en Radio Splendid, como folklorista aunque su intención fue siempre cantar tangos. Cuando se presentó a las pruebas el que las tomaba dijo que si alguien cantaba tangos no lo escuchaba. Cantó una vidalita de Adolfo Avilés, Sol y Lluvia . Era la única canción folklórica que sabía. Tuvo que aprender otras canciones y fue ayudada por el dúo Acosta-Villafañe. Las canciones nativas eran muy aceptadas por la gente en ese momento pero su meta siempre fue cantar tangos y lo logró cuando ingresó a Radio El Mundo.

Sabina trabajó en distintas radios, como El Mundo, Splendid, Municipal en la que actuó en 1936, en Carve donde realizó presentaciones en 1947, entre otras.

En su libro Las cantantes, Estela Dos Santos realiza un comentario certero: "...Se la recuerda más como actriz que como cancionista . Aunque cuando se habla de la historia de la mujer en el tango, Sabina ocupa un lugar destacado".

En el cine compuso personajes dramáticos. Se la conoció como "La sufrida" del cine argentino. En casi todos los papeles que desempeño el tango siempre estuvo presente. Sabina fue para el cine una mujer necesaria, esa mujer que espera, que sufre en silencio y que pospone lo suyo en beneficio de otro. Tanto en la ficción como en su vida, hay muchos elementos que son propios del tango, situaciones en las que prima la desesperanza, el dolor y la nostalgia en esa eterna lucha por conseguir la felicidad.
Ella cuenta que nunca estudio teatro, ni actuación pero que muchos directores le marcaron que en ella había un elemento difícil de conseguir en un actor "la naturalidad".

En la película Así es la vida personifica a Felicia Salazar que, por no contrariar a sus padres, que no aceptan a su novio de ideas socialistas, se queda solterona.

Manuel Romero, amplio conocedor del género, fue quién más aprovecho el potencial de Sabina como cancionista haciéndole interpretar muchas de sus canciones y otorgándole el papel protagónico en varias de sus películas.

En la película La vida es un tango personifica a Elisa Quintana, una mujer que a pesar de todos los obstáculos apuesta al amor. Actuó junto a Hugo del Carril con quién interpretó a dúo los temas La payancaNo me vengas con paradas y Aquel Tapado de Armiño y como solista, Percanta que me amurasteMi noche tristeMelenita de oro y Milonguita.

En la película Carnaval de Antaño trabaja junto a Florencio Parravicini y Sofía Bozán haciendo pareja con quién posteriormente sería su marido: el actor y cantante Charlo. En esa película interpretó a Márgara Campos, una hermosa, soberbia y pretenciosa cancionista que creyó que su belleza sería eterna y a la que la vida le da un cachetazo en su vejez. En esta película cantó el tango Zorro gris. En el desenlace de la película Márgara dice:


Me voy
No, no te vayas, Margarita.
No, me lo dijiste un día,
Ya no soy tu Margarita
Ahora me llaman Margot.



En la película Yo quiero ser bataclana, canta a dúo junto a Juan Carlos Thorry los tangos Dime mi amor y Tres recuerdos.

También filmó El casamiento de ChichiloLos apuros de Claudina, junto a Olinda Bozán, Mujeres que trabajanLos muchachos se diviertenCasamiento en Buenos AiresDivorcio en Montevideo y Yo quiero ser bataclana junto a Niní Marshall, Boina BlancaHistoria de una nochePasión imposibleÉramos seisAlbénizLa gataTierra del FuegoUna historia del 900 y La barca sin pescador.

En 1955 estuvo prohibida junto a Charlo y emprendieron una gira en la que recorrieron América (destacándose en Brasil y Colombia, donde grabó algunas placas) y Europa (desarrollando su mayor actividad en España y Portugal).

Se alejó del cine desde 1950 a 1962. En 1963 filmó la película Pesadilla, en la que su marido fue productor y donde invirtieron muchos pesos e ilusiones, pero el retorno de Sabina al cine fue un fracaso en todo sentido. Sabina supo decir "... Y a pesar de mi resistencia, porque siempre pensé que para ser productor de cine hay que conocer mucho del ambiente cinematográfico y mucho de distribución, acepté, aportando mi trabajo, sin saber que esa película, me iba a costar la ruina afectiva y económica".

Posteriormente filmó, BettinaHipólito y EvitaIntimidades de una cualquiera, junto a Isabel Sarli y su ultimo trabajo en cine que fue Siempre es dificil volver a casa, en 1992.

Dueña de una voz agradable, suave, pero firme y potente, estuvo a la altura de las grandes intérpretes de su tiempo como Libertad Lamarque y Amanda Ledesma, siendo muy aceptada por el público por su personalidad y su particular estilo.

Grabó en 1961 en España, un disco con los temas MorochaAzabacheRondando tu esquina y La abajeñita en el sello Carillón.

A fines de la década del ‘60 la vida de Sabina se volvió muy agitada y triste. Se separo de Charlo en 1969. Tenía poco trabajo. Realizaba algunos papeles como actriz en televisión y cantaba en algunos locales nocturnos. Se encontró sola. Se vio relegada y sin memoria para actuar. Ella supo decir:
"Yo creía que había perdido la memoria, debido a los problemas que había tenido. Después comprobé que no era así: no había perdido la memoria, sino que tenía todos los casilleros ocupados".

Trabajo en Canal 11 como administrativa y había retornado al teatro con la obra Hoy-ensayo-hoy los fines de semana en los años ’80.

Interpretó a la Gran Duquesa María Nicolaievna en la comedia musical La inhundible Molly Brown en el Teatro Lola Membrives junto a Susana Giménez, Juan Darthés, Ivo Cutzarida y Gogó Andreu, en 1992.

Últimamente, vivía de un pequeño subsidio que el INCAA otorgaba a algunas estrellas del cine nacional.

Sabina se suicidó el 14 de febrero de 1999 en su departamento de Pasaje García 5660 de Villa Lugano, acompañada por su soledad y las deudas.

Es necesario, destacar que Sabina, fue una mujer apasionada por el tango, por la actuación y por el amor. Tres recuerdos que viven en la memoria de la gente. Pasión que se refleja y perdura en la cálida armonía de su voz.



"Un perfume una música y un beso
tres recuerdos que mi alma vivirán.
Tres recuerdos que siempre me acarician
tres recuerdos que nunca morirán.
El perfume de una noche inolvidable.
La armonía divina de tu voz.
Y aquel beso de fuego que me diste
tres recuerdos que me hablan de tu voz."


(Vals Tres recuerdos) 



Tuqui Rodríguez - 

TANGO Y CULTURA POPULAR Nº 68



La foto que ilustra este artículo pertenece al MUSEO LUMITON .



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